Antes que nada, poné a remojar las castañas de cajú. Luego precalentás el horno a 180 ºC. Cortás las zanahorias en trozos, las rociás con aceite de oliva y sal, y las mandás al horno por unos 20 minutos. Mientras tanto, picás la cebolla y la salteás en una sartén con aceite de coco. Sumás ½ cucharada de pimentón dulce, sal y pimienta a gusto. Una vez que las zanahorias estén listas, las sacás del horno y las dejás enfriar junto con la cebolla.
Ahora, a licuar todo. Ponés en la licuadora la mitad del paquete de tofu ahumado, agua, aceite de oliva, las zanahorias y cebollas frías, las castañas de cajú escurridas y la mitad del choclo desgranado. Licuás bien y repetís el proceso con el resto del choclo.
Una vez que tenés todo licuado, lo volcás en una fuente para horno que hayas engrasado con un poco de aceite. Metés al horno a 200 grados por 40 minutos. ¡Y listo!
Para la salsa criolla, picás cebolla, morrón, locote, tomates, le agregás aceites, aceto balsámico, limón, sal, pimienta y orégano. Mezclás todo bien y lo llevás a la heladera.
Cuando el chipa guasú esté listo, lo sacás del horno y lo dejás enfriar un poco antes de servir. ¡Queda buenísimo acompañado de la salsa criolla!
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