La historia de Casa Rica comienza en los años veinte, cuando Don Walter Lange, comerciante; y Benedikto Hiebl, panadero; llegan a Asunción - Paraguay desde Alemania. Don Walter se dedicó al comercio internacional. Don Benedikto empezó como albañil y luego de varias labores por la zona de Villarrica empezó su modesta producción de panes y venta a domicilio. Con ellos se iniciaba una cultura de trabajo.
Sus hijos, Hertha Lange y Juan Carlos Hiebel, se conocieron y se casaron en Asunción en 1970. Los padres de Juan Carlos eran dueños de una gran panadería. En noviembre de 1972 la pareja abrió una sucursal de esta, con una confitería y una sección de autoservicio. Pero al poco tiempo llegó Oliver, el primer hijo; entonces Hertha decidió volcarse a su crianza y a la de los que vendrían después: Birgit y Harald.
Nuestra historia comenzó con los inicios de la Expo Feria de Mariano Roque Alonso: cuando la dirigencia de la Unión Industrial Paraguaya solicitó a Hertha, conocida como señora Mushi, la instalación de un local de venta de alimentos en el predio.
Así lo hizo, y aún con lo que se tenía en ese momento, presentó un pequeño local adornado como una casita, en donde se ofrecían panchos y bebidas frescas. La higiene, calidad superior del pan y la amable atención hicieron que todo el mundo acudiera a la “casita rica”, que apenas daba abasto ante tanta demanda.
En abril de 1989 la señora Hertha volvió a sentir la necesidad de emprender y abrió las puertas de Casa Rica: una panadería y puesto de comida familiar pensada para satisfacer todos los gustos, en un ambiente de mucho cuidado al detalle, ubicado en las avenidas Aviadores del Chaco y San Martín.
Se trataba de un pequeño proyecto personal inspirado en los aprendizajes adquiridos en sus viajes y en sus gustos particulares, buscando deleitar el paladar de los paraguayos con sus famosos platillos alemanes, cocinados con mucho amor.
Liderar con el ejemplo a partir de nuestra constante innovación y compromiso de creación de valor para clientes, asociados y proveedores.
Brindar una experiencia de compra de clase mundial por su calidad, servicio y responsabilidad.
Con el correr de los años, empezamos a gestar el sueño del local propio y fue entonces que adquirimos el predio ubicado sobre la avenida España, inaugurado en el año 2013. Allí comenzaría a tomar forma otro sueño: El Molinillo, que nació como un café y ahora es una referencia gastronómica de la escena local. Era el momento de que Oliver, Birgit y Harald tomaran la posta de la administración y así ocurrió.
Con la misma filosofía, para dar respuesta a la demanda y a la comodidad de nuestros clientes, cuatro años más tarde, en el 2017, inauguramos el segundo local en funcionamiento, sobre la avenida Molas López.
Este espacio es para aclarar dudas, dejarnos comentarios y sugerencias. Nos gustan los desafíos, las nuevas ideas y las pequeñas-grandes oportunidades. Escribinos y nos pondremos en contacto contigo.